Durante este verano, el turismo cayó 28,9% por la pandemia y la crisis económica, según un relevamiento realizado por la CAME.
De acuerdo al mismo, se hicieron viajes más cortos, cercanos y tomó mucha relevancia el turismo rural.
«Hubo picos sobre el final de enero y en el fin de semana de Carnaval, que entusiasma con tener una buena Semana Santa, que es el próximo feriado largo», dice el informe.
Y agrega: «Las provincias se movieron con mucho turismo lugareño, especialmente aquellos que habitualmente viajaban a Brasil, Chile o Uruguay. En lo gastronómico, la estrella del verano fueron las cervecerías artesanales».
Además afirmó que la temporada 2021 finalizó con un «balance ajustado a la situación sanitaria y económica del país». Entre la segunda quincena de diciembre y fines de febrero, 22,4 millones de turistas eligieron vacacionar en destinos locales y realizaron un gasto directo de $201.158 millones.
Si bien cayó 28,9% la cantidad de gente que viajó fronteras adentro, en relación con el verano pasado, en muchas ciudades los empresarios consultados marcaron que «la temporada fue mala, pero esperaban algo peor».
De esta forma, el verano comenzó de menor a mayor. Las localidades tomaron recaudos para dar garantías sanitarias, y desde la segunda semana de enero, cuando se notó una baja de casos activos de covid, el turismo comenzó a incrementarse alcanzando «picos en el último fin de semana de enero y durante el feriado de Carnaval», detalla la CAME.
Algunos factores que salvaron parte de la temporada fue la imposibilidad de viajar al exterior, especialmente a Uruguay, y la necesidad de salir de viaje después de un año donde las escapadas de fin de semana estuvieron ausentes.
En cambio, no hubo fiestas populares, se suspendieron certámenes deportivos, el transporte fue reducido y parques termales o playas trabajaron con cupos de ingresos, acota el relevamiento.
También la estadía media bajó de 4,2 días en 2020 a 3,8 este año, algo esperable por el menor poder adquisitivo de la gente y la prudencia frente al virus.
Este año hubo más excursionistas que lo habitual: unos 36 millones de argentinos se trasladaron por el día a lugares cercanos, con un gasto promedio diario de $1.300 per cápita que dejaron un desembolso total de $46.700 millones.
Así, la erogación total directa del verano entre turistas y excursionistas ascendió a $248 mil millones.
Lo que también cobró fuerza fue el turismo rural, que finalizó la temporada con un balance positivo empujada por el distanciamiento social.
El viajante pudo hacer periplos de cercanía, en grupos reducidos a lugares con naturaleza, y disfrutar de playas, caminatas, kayak, pesca deportiva sin amontonamiento de gente, finaliza la CAME.-