
Sole Silva Textiles es una pyme especializada en la importación de telas diferenciales y exclusivas para ropa femenina y alta costura, algo que le valió ser proveedora de las principales marcas de indumentaria de Argentina y Latinoamérica, como Kosiuko, Ginebra, Benito Fernández, Laurencio Adot, entre otras.
La historia de esta empresa nace cuando Soledad Silva dejó su carrera de actuario y se mudó a China para acompañar a su novio, en 2015.
Desde allá, con una inversión inicial de u$s10.000, empezó importando telas para vestidos de novia, y años más tarde volvió a vivir a la Argentina, donde abrió la operación local y amplió su portfolio de productos textiles para alta costura.
Actualmente, es una de las proveedoras referentes del mercado local. Su gran diferencial son telas únicas en el mercado ya que, al traer pocos metros, asegura exclusividad.
“Las diseñadoras buscan estas telas, brindando así algo muy difícil de encontrar en otro lugar ya que, generalmente, en el sector se trae un contenedor de un diseño con miles de metros y la empresa logra importar distintos diseños”, cuenta a NegociosyPymes.com Soledad Silva, directora de Sole Silva Textiles.
En cuanto a la comercialización, la empresa vende sus productos desde su tienda online y a través de catálogo en todo Argentina y nivel internacional.
“En caso que el cliente lo requiera, hacemos un Zoom o se mandan muestras antes de efectuar la venta. Si la distancia y la situación sanitaria lo permiten, nuestras asesoras se reúnen en persona a ver las muestras con los clientes”, detalla Silva.
En cuanto a cómo atravesaron la pandemia, en un entorno de persianas cerradas durante varios meses y sin celebraciones que requieran sus telas, afirma: “Vender a través del ecommerce le permitió a la empresa seguir operando normalmente, pese al contexto. La cuarentena no cambió la forma de trabajo ni las ventas”.
En cuanto a los problemas pasados y presentes a las importaciones por las trabas generadas por la escasez de dólares en el Banco Central, detalla: “Lograr la primera aprobación de importaciones no fue fácil, fueron muchos pasos burocráticos. Hoy en día, sigue siendo complicado importar, más allá que el circuito ya esté armado”.
Y completa a Negocios y Pymes: “La importación en Argentina es un gran desafío. Otro de los retos son los costos, ya que al comprar poca cantidad para mantener la exclusividad a los clientes, no se puede negociar los precios y los derechos de importación, a veces, salen lo mismo que el producto”.
En este sentido, para dar una dimensión de su negocio, cita que la última importación que realizó la empresa fue por u$s100 mil, y el último año importó cerca de 40.000 metros.-