Cuanto mayor es la carga tributaria, menor es la creación de nuevos emprendimientos formales y la supervivencia de las empresas existentes, indica un informe de la Fundación Observatorio Pyme (FOP).
Esta relación es sustentada, según la FOP, por la evidencia empírica internacional y se observa también para Argentina.
«En los casos en que la iniciativa privada no resulta la consecuencia de un ´autoempleo´ forzado, la elección de los potenciales emprendedores es entre la creación de su propia empresa o el trabajo en relación de dependencia», indica.
A su vez, destaca que el nuevo negocio puede iniciarse en el sector formal o informal. En esto inciden los beneficios de la formalidad versus sus costos.
Entre estos costos se incluye con especial relevancia la carga tributaria a afrontar por el emprendimiento una vez iniciado.
Los costos laborales no salariales (carga tributaria sobre el trabajo) representan en Argentina aproximadamente el 30% de las ganancias comerciales, mientras que en Chile sólo suman el 5%, en Perú 11% y en Colombia 19%, cita la FOP como fuente de ello a un informe del Banco Mundial.
Asimismo, la diferencia entre el salario de bolsillo y lo que paga un empleador por cada trabajador en relación de dependencia (“cuña fiscal”) alcanza el 35% en Argentina, 23% Chile, 18% Perú y 30% Colombia (OECD).
Adicionalmente, detalla que el sistema tributario argentino se compone de impuestos y tasas de gobiernos locales (provinciales y municipales) tales como ingresos brutos y ABL, entre otros, que tienen una carga no menor para las empresas.
Entre las pymes manufactureras, de acuerdo con los datos relevados por FOP, la carga tributaria provincial y municipal en la prepandemia representaba el 8% de sus ventas.
Simultáneamente, de acuerdo con la información del Banco Mundial, se observa para Argentina el nacimiento de sociedades formales más bajo de Sudamérica: 2.326 habitantes por cada nueva sociedad formal (capital o mixta), mientras que en Chile 125, Perú 410 y Colombia 500 habitantes por cada nueva.
«A su vez, un país como México que no presenta una buena tasa de natalidad (1.064 habitantes en edad económicamente activa, por cada sociedad naciente) también presenta una elevada presión tributaria laboral (26% de las ganancias comerciales) y una cuña fiscal del 27%», concluye el informe de la FOP.-