El sector foresto industrial en Argentina se presenta como un tejido complejo y multifacético, cuyas raíces se extienden por todo el territorio nacional, sostiene la Asociación Forestal Argentina Regional de Corrientes.
De acuerdo con datos del Censo Nacional de Aserraderos 2015-2018, el país alberga aproximadamente 2.200 aserraderos, y una porción significativa de estos se encuentra anclada en las tierras de Misiones y Corrientes, representando 33% del total.
En el año 2020, la producción de madera aserrada alcanzó la cifra de 3,1 millones de metros cúbicos, según datos oficiales de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial publicado en 2022. Esta producción, sin embargo, experimentó altibajos a lo largo de los años.
En 2011, el sector alcanzó un hito histórico con exportaciones por un valor de u$s1.000 millones. No obstante, desde entonces, ha enfrentado desafíos que llevaron a la pérdida de mercados, aunque esporádicamente logró recuperar terreno en momentos de variaciones bruscas en el tipo de cambio.
El año pasado, las exportaciones descendieron a u$s 622 millones, reflejando la complejidad y volatilidad del mercado internacional.
En el informe «La foresto-industria en Argentina», publicado por el Ministerio de Economía en marzo de 2023, se delinean las oportunidades, desafíos y líneas de acción para impulsar una estrategia productiva en el sector foresto-industrial.
Este documento proyecta un horizonte ambicioso hacia 2030: un aumento en la participación del empleo registrado nacional del 1,1% al 1,6%, un incremento de más de u$s1.500 millones en exportaciones y la sustitución de importaciones.
La implementación de una política estratégica en este sentido podría generar 60.000 nuevos empleos formales, atraer inversiones por u$s7.000 millones, revertir el histórico déficit de la balanza comercial sectorial, aumentar la superficie forestal plantada a 2 millones de hectáreas y contribuir a los compromisos asumidos por Argentina en la mitigación del cambio climático, detallan desde el sector.
«No obstante, estos prometedores horizontes contrastan con los márgenes de ganancia apretados que caracterizan al sector foresto-industrial. En los últimos 15 años, el sector ha enfrentado pérdidas de mercados de exportación, en parte atribuibles al retraso cambiario y las retenciones, que en algún momento alcanzaron el 5 por ciento y fueron eliminadas después de persistentes reclamos. Estos desafíos económicos delinearon la capacidad del sector para adaptarse y competir en un mercado internacional dinámico y exigente», concluye el informe.
Más allá de las cifras y los desafíos, el sector foresto-industrial juega un papel vital en la sostenibilidad ambiental y la diversificación industrial del país. La madera, como recurso renovable, reciclable y carbono neutral, tiene aplicaciones diversas, desde la producción de papeles y muebles hasta la construcción de viviendas y la generación de energía. Su plantación, extracción e industrialización demandan una red compleja de industrias y servicios complementarios, abarcando desde la química hasta la ingeniería y el diseño, resaltan desde este ámbito.-