La inestabilidad macroeconómica en Argentina es un factor clave ya que limita la capacidad de las empresas para planificar a largo plazo. A pesar de esto, las compañías nacionales siguen apostando con inversiones en maquinarías y de infraestructura, pero la falta de financiamiento es un problema recurrente que afecta, principalmente, a las pequeñas y medianas empresas que necesitan de la inversión para crecer y expandirse.
Un factor determinante es la alta presión tributaria con la cual las pymes argentinas conviven. De acuerdo a diversos sectores, hoy la carga fiscal ronda el 52% de los costos, entre impuestos, tasas, aportes, contribuciones, anticipos y retenciones.
Las empresas también enfrentan una serie de costos adicionales que complican aún más su operatividad, como los impuestos provinciales (IIBB), las tasas municipales, seguros, trámites burocráticos y una creciente litigiosidad laboral que representa un freno adicional a la competitividad.
Ante este panorama, el presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), José Tamborenea, señaló: “Tenemos futuro, porque la base industrial argentina está, tenemos una base sólida sobre la cual construir, pero si no se toman medidas urgentes para mejorar las condiciones económicas y nivelar el terreno de juego, el país se arriesga a perder el motor de crecimiento que representa la industria nacional”.
La logística en Argentina también afronta una traba a la competitividad, ya que representa un costo 43% mayor que el promedio latinoamericano.
«En parte, esto se debe a la falta de infraestructura adecuada y la escasa prioridad que se ha dado al desarrollo de trenes, un medio más económico que el camión. A esto se suma que realizar operaciones de importación y exportación es más costoso que en otros países: se estima que es 3 veces más caro en exportación y hasta 13 veces más caro en importación», detallan desde CADIEEL.
“Las tasas de exportación e importación son factores críticos que impactan directamente en la competitividad de nuestras industrias. Un marco fiscal equilibrado es esencial para fomentar la inversión y el crecimiento. Hay que crear un entorno que impulse nuestras exportaciones, permitiendo a las empresas argentinas alcanzar nuevos mercados y contribuir al desarrollo económico del país”, agrega Tamborenea.
A pesar de estas dificultades, las industrias argentinas trabajan intensamente hacia dentro, buscando mejorar continuamente sus procesos y enfocándose en la calidad.
Si Argentina quiere garantizar el futuro de sus pymes y su competitividad a nivel global, «es imperativo que se reduzca el gasto y por consecuencia los impuestos. Solo con una estructura tributaria más justa y competitiva se podrá garantizar que las empresas locales puedan competir en igualdad de condiciones en el escenario global», concluyen desde CADIEEL.-