En la Argentina, las pymes registradas con menos de 100 empleados generan el 50% del empleo privado formal, y explican el 37% de la masa salarial formal, por lo que constituyen un segmento de unidades productivas muy significativo, indica el último informe de UCEMA PyMEs, la iniciativa de la Escuela de Negocios de la Universidad del CEMA.
El informe “Evolución de las PyMEs en Argentina y su impacto en el empleo” arroja que, a enero de 2023, existe un total de 530.668 empresas registradas en Argentina.
El 98% del total, son empresas con hasta 100 empleados. El 84% del total tiene menos de 10 empleados, asimilable a la categoría de microempresa. Sólo el 2% del total de las firmas registradas (unas 9.800 empresas), emplean a más de 100 trabajadores.
“La cantidad de pymes a enero 2023 se encuentra en los mismos niveles de 2008 con un crecimiento poblacional del 18% en este período de tiempo”, sostiene Anatilde Salerno, economista de la UCEMA.
Y agrega: “La evidencia demuestra que las pequeñas empresas presentan un grado elevado de vulnerabilidad ante los momentos de crisis. La reticencia por parte de las pymes a despedir y contratar trabajadores demanda una mayor flexibilidad de la legislación laboral. El retraso en la productividad demanda una mayor capacitación tecnológica a fin de mejorar la inserción en las cadenas de valor y crear empleos de calidad”.
Como consecuencia de la pandemia, en el año 2020, se han perdido 860.000 puestos de trabajo en el sector privado. El 87% de esa caída corresponde al mundo Pyme (sector privado formal e informal).
La reactivación de las empresas con más de 100 empleados se evidencia a partir de septiembre de 2020 mientras que las pymes recién logran revertir su tendencia a la baja un año después.
En 2022, se consolida la tendencia al alza con un aumento neto de 8.200 pymes y de 510 empresas grandes.
“La productividad del trabajo en el sector, a mediados de 2022, se vio afectada por una desaceleración de las ventas de los comercios que se explica a su vez por la suba de tasas de interés, la reducción de los planes de cuotas y la inflación”, indica Salerno.
“Por el contrario, cuando se produce una reactivación en la actividad económica (en este caso medida en centros de compra y supermercados), no se verifica un incremento proporcional de la cantidad de contrataciones formales”, agregó Salerno, “principalmente por motivo de la rigidez laboral”.
Para aquellos que pudieron mantener sus empleos, el salario promedio perdió un 2,5% de su poder adquisitivo (medido contra el IPC) en el acumulado de 2020, 2021 y 2022.-