Pako Peko es mucho más que una marca de ropa de bebés y niños, ya que se define como un hecho artístico-sociológico.
En sus inicios, hace 13 años, los vecinos fueron protagonistas de una de las primeras sesiones de fotos y una de las bebas participantes tenía Síndrome de Down. Esto inspiró a la línea que tomarían en adelante: dar un valor agregado a cada prenda.
De esta forma, implementaron talles reales, diseños con estampas en braille, pictogramas y lenguas de señas, prendas para rayar, pintar, interactuar son algunas de las novedades que introdujeron en su marca para que todos sean parte.
Así, con la ayuda de profesionales de diferentes disciplinas, lograron convertir lo que era un sueño en una empresa, y se asociaron a la Cámara Argentina de Indumentaria de Bebés y Niños (CAIBYN).
“Comenzamos haciendo 5 modelos de remeras desde nuestro hogar y hoy tenemos más de 150 artículos por temporada, en un espacio con taller y showroom incluido en la ciudad de Córdoba. Gracias a la ayuda de nuestra familia, amigos, clientes y proveedores, hemos crecido con pasos lentos, pero firmes”, dice Julia Urquiza, dueña de Pako Peko, a NegociosyPymes.com.
Cuenta con 4 empleadas fijas, en control de calidad, pedidos, atención al cliente y manejo de redes. Más 12 talleres externos de corte, costura y terminación. A ellos se suman profesionales externos en marketing, contabilidad, redes y procesos.
“Siempre nos estamos capacitando y aprendiendo para mejorar como empresa y personas. Nos encantan los desafíos”, afirma Urquiza.
Y agrega: “Este camino recorrido no ha sido lineal, siempre hay momentos difíciles, de dudas, replanteos. Personalmente no ha sido fácil, después de la separación con el papá de mi hija y lejos de mi familia, combinar las obligaciones laborales con la maternidad. A veces escuchamos que los hijos te limitan laboralmente, en mi caso fue al revés, Pako Peko me dio la posibilidad de mantener mi casa, crecer como persona, madre y mujer. Gracias a mi hija, me he tomado el trabajo muy seriamente y he luchado para no caer en los tiempos difíciles”.
Entre sus diferenciales se destacan los diseños únicos, con una mirada inclusiva y lúdica, como remeras para leer con braille, pictogramas y lengua de señas. También prendas para rayar, pintar e interactuar.
A ello se suma el plus de la variedad en talles y modelos, donde hacen más de 150 artículos por temporada con 13 talles.
En cuanto a la proyección, “actualmente distribuimos la marca en todo el país y hemos exportado a Chile, Uruguay, Ecuador y Puerto Rico, en conjunto con programas del gobierno de la provincia de Córdoba, donde hemos sido seleccionados”, detalla.
En números, fabrican y distribuyen entre 1.600 y 1.800 unidades por mes, con una proyección de llegar a las 2.000 prendas mensuales a finales del 2023.-