La producción de carne aviar se mantuvo relativamente estable durante el 2023 a pesar de la crisis sanitaria que afectó al sector (gripe aviar). Así, se produjeron 2,29 millones de toneladas, un nivel muy similar al que se viene observando los últimos años, apenas 1,3% por debajo del registro del 2022, indica un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea.
En los últimos 25 años (entre 1998 a 2023), se identifican 3 subperíodos en relación al desempeño productivo del sector: se parte a fines de los ´90 de niveles de producción muy bajos en los años de crisis de la Convertibilidad (1998 a 2003); luego se inicia un proceso de fuerte crecimiento que duraría unos 10 años, con una producción que pasó de menos de un millón de toneladas (2003) a cerca de dos millones (2013).
Finalmente, la última década se reparte entre años de leve crecimiento (2014 a 2018) y años de producción relativamente estabilizada (2019 a 2023).
Comparando con el desempeño productivo de otras carnes, la carne aviar junto con la porcina muestran crecimiento en un período de 20 años, situación que contrasta con el estancamiento paralelo de la cadena bovina.
Para tener orden de magnitud, la producción de carne aviar creció al 5,8% promedio anual entre 2003 a 2023, la producción de carne porcina al 7,5% anual y la carne bovina a sólo el 0,7% anual, cifra por debajo de la tasa de crecimiento poblacional.
Durante su período de mayor expansión (2003 a 2013) la producción de carne aviar llegó a crecer a tasas anuales del 10%, superando el desempeño productivo del cerdo (+7%) y el de la carne bovina que se encontraba en ese entonces en franco retroceso (-1,4%).
Un interrogante muy relevante para la cadena es ¿cuánto más puede crecer la carne aviar en la dieta de los argentinos? Argentina fue el séptimo país que más carne aviar consumió por persona en 2022/23, y de acuerdo a las proyecciones del USDA, se mantendría en esta posición durante 2024, informa el IERAL de la Fundación Mediterránea.
El país que más carne aviar consumió en el mundo durante 2022/23 fue Qatar con unos 60,4 kg por habitante al año, y Argentina se encontraría 13,6 kilos por debajo de esa cifra.
«Sin embargo, analizar una sola carne y comparar contra países de alto consumo puede llevar a conclusiones erróneas sobre las posibilidades de crecimiento en el mercado local e incluso contradecir aspectos nutricionales básicos. Parece más correcto ampliar la perspectiva, incluir las otras carnes en el análisis y tener como referencia países de elevado consumo total de proteínas animales, más parecidos a Argentina», aclara el IERAL de la Fundación Mediterránea.
Comparando contra los 12 países que más carne consumen en el mundo según la ingesta total per cápita de tres carnes (aviar, bovina y porcina), Argentina ocupa el segundo lugar del ranking con 116 kilos totales por habitante año (2023); apenas por detrás de Estados Unidos (4,7 kg menos), pero bastante por encima del tercero y el cuarto, Australia (15,3 kg más) y Brasil (19,3 kg más).
El último año la faena aviar alcanzó un total de 734,5 millones de cabezas, registrando un ajuste del 1,6% interanual que se condice con lo observado en la producción.
El 51,3% del total de pollos se faenó en la provincia de Entre Ríos (376,7 millones de cabezas) y el 35,1% en la provincia de Buenos Aires (257,7 millones cabezas), el porcentaje restante (13,6%) se repartió entre las provincias de Santa Fe (5%), Córdoba (4,5%), Rio Negro (2,3%), Salta (1,2%) y Mendoza (0,6%). No se observan grandes cambios en cuanto a la distribución provincial de la faena durante las últimas décadas.
Por el lado de la estructura de mercados que abastece Argentina, según estadísticas de WITS-COMTRADE de importaciones de carne aviar, un grupo de 13 países se quedó con el 93,1% de los envíos nacionales en los últimos años: China (41,6%), Sudáfrica (16,5%), Chile (9,2%), Emiratos Árabes (4,4%), Angola (4,1%), Rusia (3,8%), Singapur (3,1%), Perú (2,4%), Brasil (2,1%), Unión Europea (1,7%), Arabia Saudita (1,6%), Qatar (1,4%) y Reino Unido (1,1%). El 6,9% restante se repartió entre un grupo numeroso de países con baja participación, menor al 1%.-