Banco Santander, a través de Santander Universidades, concedió más de 156.000 becas de estudio, prácticas profesionales y apoyo al emprendimiento durante 2020, un 56% más que en 2019, con una inversión de 110 millones de euros.
De ellas, más de 48.800 se destinaron a universitarios y graduados para el desarrollo de sus competencias; más de 32.700 para apoyar a jóvenes emprendedores a desarrollar o impulsar sus proyectos y más de 75.200 para prácticas profesionales y otros programas de capacitación y orientación al empleo. En Argentina, se otorgaron 2.450 becas, por un total de 82,27 millones de pesos.
El fuerte impacto de la pandemia y sus consecuencias en el ámbito educativo, social y económico provocó un rápido replanteamiento, durante el mes de marzo de 2020, en el mecenazgo que desarrolla la entidad para apoyar a la comunidad universitaria en los países en los que opera.
Para hacer frente a la continuidad de los estudios y la empleabilidad futura de estudiantes, graduados universitarios y jóvenes profesionales, Banco Santander aceleró la evolución de su programa de becas y ayudas en 2020, poniendo el foco en la transformación digital y en las necesidades socio-sanitarias provocadas por la pandemia.
El covid-19 desafió la capacidad de las universidades para continuar formando y apoyando a los estudiantes durante la pandemia de una forma segura.
En el ámbito de la educación, más de 100.000 personas se beneficiaron de las acciones promovidas por Santander Universidades, entre becas, ayudas y apoyo a la transición digital, gracias a los más de 30 millones de euros destinados a distintas iniciativas como el Fondo Supera covid-19 para proyectos de investigación, impacto social y reducción de la brecha digital; ayudas a estudiantes en situaciones económicas desfavorables y el impulso de la empleabilidad y el desarrollo profesional, entre otras.
Para reducir la brecha digital de los estudiantes, la dotación de recursos tecnológicos por parte del Santander fue clave, así como la formación online como alternativa a algunos programas presenciales o becas de movilidad, que hubo que modificar debido a las restricciones derivadas de la pandemia.