Mientras avanza la cosecha en Argentina, el precio del aceite de oliva sube de manera excepcional y activa la demanda en un mercado en plena expansión. Esto se debe a una baja productiva que afecta a España, principal productor de aceite de oliva del mundo, hecho que reposiciona a nuestro país.
«El consumo de grasas saludables, como el aceite de oliva, viene en aumento, y las grandes características que tiene Argentina son la calidad y la contraestación, claves para abastecer a un mercado demandante», destaca Manuel Diez, agrónomo mendocino que está a cargo de la producción de ADBlick Olivos la mayor finca olivícola en producción de Mendoza.
Mientras avanza la cosecha en la finca, que en total cubre unas 832 hectáreas, el precio promedio del aceite de oliva registra un aumento excepcional.
De un promedio histórico de u$s3.500 la tonelada, hace unos días llegaron a tocar los u$s6.500 en algunos contratos.
«Es un negocio muy interesante, con barreras altas para ingresar. Es una oportunidad para las fincas que llevan años de inversión», explica Diez, encargado de coordinar la producción de unos 4 millones de kilogramos de fruta que se destinarán a aceite y conserva.
Respecto a las inversiones en este sector, la firma ADBlick Agro tiene dos proyectos muy desarrollados en una finca de Mendoza: ADBlick Olivos 1, que comenzó en 2009 con 225 hectáreas netas de producción, y ADBlick Olivos 2, con más de 400 hectáreas productivas y otras 100 listas para desarrollar. En ambos casos, los olivos están alimentados por un sistema de riego por goteo.
Los dos proyectos de olivos tienen una parte de doble propósito: de aceitunas para conserva y aceite, pero la mayor parte de la finca es aceitera.
Las variedades de plantas que hay en los lotes son Hojiblanca y Picual (para aceitunas) y Arbequina, Coratina y Arbosana (para aceite).
En el caso de las aceitunas para conserva, la cosecha es manual, pero en las plantas de olivo en donde el fruto se destina para el aceite se realiza cosecha mecanizada: «Es muy eficiente y hace que el cultivo sea muy rentable», destaca Diez.
Y agrega que el olivo «es un cultivo que como negocio está bastante maduro porque el paquete tecnológico ya está desarrollado».
El agrónomo también destaca que es un mercado muy transparente y remarca que hay una gran oportunidad en este negocio, ya que España quebró stocks por primera vez en 30 años.
En el hemisferio norte necesitan refrescar los aceites para mejorar la calidad y para ello recurren a la Argentina, el principal productor del hemisferio sur: «Es un partido muy interesante que jugamos todos los años», explica Diez.
Los principales destinos del aceite de oliva argentino son Estados Unidos, Brasil, España y Portugal, entre otros.
A la demanda global se suma que los mejores aceites salen de Mendoza. La combinación de clima, suelo y agua dan como resultado aceites de altísima calidad. Los rindes grasos son altos, un factor que es importante para el negocio, pero por la amplitud térmica se acumulan sustancias que hacen que la calidad del aceite sea muy buena, con atributos que incluso aplican para cosmética: «Es otro mundo que está alrededor del aceite, además del consumo».-