El sector de la producción de muebles y colchones arrastra una fuerte caída en producción y ventas desde las restricciones que tuvo en la pandemia y no ha logrado recuperarse.
«Las condiciones macroeconómicas de alta inflación y la pérdida constantes del poder adquisitivo conspiran con rubros mobiliarios que pueden postergarse. El primer semestre del 2023 no muestra señales de recuperación y no se estima que lo logre en los meses que restan», indica el estudio del mercado argentino de muebles de madera y colchones, desarrollado por Claves Información Competitiva.
En resumen, se considera que la falta de crédito, mano de obra e inversión, son «señales de un segundo semestre poco optimista».
El sector a través de sus cámaras mantiene una presión permanente para visibilizar el impacto positivo de la actividad en las regiones y en la economía en general.
«La respuesta del Estado no ha sido positiva a estas demandas más allá de una vaga intención desde la Secretaría de Agricultura de comentar una baja en las retenciones (actualmente en el 4,5%), todo muy ambiguo frente a las necesidades del sector», sostiene el escrito.
Otras demandas son la regularización de las importaciones de insumos vitales y acceso a créditos, tanto para la compra de insumos como para la venta de los productos (programas de crédito a las ventas como Ahora 12, etc.).
«En este contexto el clima no es el más optimista con buena firmeza y claridad de las demandas que según parece se resolverían el próximo año. Las perspectivas en el corto plazo son de cautela y de espera de un mejor horizonte», concluye el informe de Claves.
Ya en el 2023 la actividad no se recupera y la industria trabaja al 70% de su capacidad instalada y son varios los factores de este escenario con gran impacto de aquellos negativos de la macroeconomía y la coyuntura propia del sector.
«En el entorno macroeconómico del muy alta inflación deja fuera del mercado a la mayoría de las personas que tienen que atender necesidades básicas y no invierten en compras de mobiliarios. La problemática de la falta de vivienda en alquiler disminuye en mucho una demanda normal para la ocupación de nuevos espacios y la adecuación a los mismos«, reflexiona el informe.
A la vez, indica que existen «serias limitaciones» en la importación de insumos ante las restricciones que deriven de la falta de dólares disponibles en el país para abastecer a muchas industrias.
En el entorno sectorial el incremento del precio de la madera (insumo básico) golpea en el costo. A su vez, se destaca que hay problemas para recibir insumos que se retienen del lado de los proveedores y que también enfrentan grandes incrementos para la reposición.
«Esto acorta el volumen de entregas y los plazos de pago. El giro entre ventas al consumo con plazos de pago largos no se compensa con la compra de insumos ´casi de contado´», afirman.
«El alto crecimiento del turismo pos pandemia fue positivo para la demanda de mobiliario de base y algunas personas compran muebles para ´deshacerse´ de los pesos que pierden valor día a día. Las empresas también acopian insumos y productos como defensa ante el escenario inflacionario», analizan desde Claves.
Más allá de eso, de resalta que en todo 2023, al menos hasta mayo, «no se muestra recuperación respecto del año 2022, y ante el escenario de ser un año con una fuerte intriga eleccionaria, dentro del sector hay mucha incertidumbre de como seguirá el mercado. Hay mucha cautela en hacer inversiones».
Y finaliza: «La falta de crédito adecuado, de mano de obra calificada, de inversión en herramientas y equipos, de una demanda sostenible del mercado y la amenaza de que inflación seguirá alta son señales de un segundo semestre del 2023 de bajas expectativas».
El principal destino de las exportaciones de muebles es históricamente Estados Unidos, donde en el año 2022 compró el 41,5% del total, seguido por Chile con el 36,4%.-