Durante el Día B 2024, cuatro líderes de empresas de Mar del Plata (Buenos Aires) y alrededores compartieron sus casos de éxito de modelos de negocio que aportan soluciones a problemas socioambientales.
A partir de un cambio sistémico que atraviesa a emprendedores, el sector público, la Academia y los consumidores, la región se posiciona como uno de los puntos del país que lidera la transformación hacia una nueva forma de hacer negocios.
Los casos de Kalmar Destilería, Sarasanegro, UNIBAIO y Procens son ejemplos de negocios rentables que además contribuyen a la transformación de la economía generando valor social y ambiental en sus comunidades.
Las Empresas B son empresas verificadas por la organización sin fines de lucro B Lab al cumplir con altos estándares de desempeño social, ambiental y transparencia.
En Argentina hay 244 Empresas B de 30 industrias y sectores diferentes. De ellas, en la ciudad de Mar del Plata existen 4 Empresas B Certificadas: Lucenza, Kalmar, Lulea y CEDEAC, y una Empresa B Pendiente: Sarasanegro.
A nivel global, el número asciende a 9.355 firmas B en 105 países del mundo.
Kalmar, la primera destilería colaborativa
Cuando la Empresa B Kalmar comenzó a gestarse, en Mar del Plata no se permitían las destilerías por una ordenanza municipal de hacía muchos años.
“Lo primero que tuvimos que hacer fue pensar en forma colaborativa cómo destrabar esto para llegar al cliente con la trazabilidad que amerita esta industria, había muchos pequeños productores que se desarrollaban a puertas cerradas. Empezamos a trabajar con el Estado, que acompañó de una manera increíble, y ya nacimos con la lógica de que también otros elaboren sus productos en Kalmar”, relató Déborah Sabsay, fundadora de Kausana Agencia de Impacto y de las Empresas B Lucenza y Kalmar Destilería.
Hoy, además de sus productos propios, Kalmar destila a 42 marcas locales.
“No solo hacemos crecer este sector productivo con la destilería, también les compartimos lo que nos funciona: los canales de distribución, los proveedores, que son de impacto y locales. Y ganamos todos, porque nos retroalimentamos con productores pequeños, que están experimentando, donde la creatividad explota, y eso nos brinda más robustez y más innovación”, agregó la empresaria.
Sarasanegro, cocina de entorno
Sarasanegro es un restaurante marplatense destacado en la escena gastronómica nacional, que realza los sabores locales de la costa argentina, especialmente los pescados y mariscos.
El chef Patricio Negro, luego de formarse en Europa y generar experiencia en establecimientos con estrellas Michelin, lo fundó en 2003 junto a su esposa, Fernanda Sarasa.
Hoy el restaurante se ha consagrado con diversos premios y reconocimientos, entre los que se encuentra el sello de Empresa B Pendiente.
“Cuando llegué acá, creí que iba a encontrar pescaderías por todos lados y no fue así”, recordó Patricio Negro.
“Mar del Plata tiene un producto increíble que es el pescado, la costa argentina no tiene nada que envidiarle a otros lugares del mundo, no podemos no aprovecharlo”, destacó el chef, que en su carta siempre tiene presente la pesca local del día, además de otros ingredientes que provienen de productores locales, como los hongos, la miel o la papa.
“Yo venía de trabajar en restaurantes en donde todo el mundo quiere trabajar y acá no era así, no nos conocían”, relató el chef.
“Nos enfocamos mucho en eso, en el equipo, el restaurante fue creciendo y la gente también: la persona que maneja la cava y la jefa de cocina, que lleva 20 años trabajando conmigo, empezaron en la bacha del restaurante”, agregó.
Además de enfocarse en el cuidado del medio ambiente, el restaurante ofrece a sus colaboradores oportunidades de formación y crecimiento dentro de la empresa.
UNIBAIO, investigación, nanotecnología y ciencia
UNIBAIO es una empresa que nace desde la necesidad de aprovechar la investigación científica para mejorar la vida de las personas, a través de la bio y nanotecnología.
“Cuando comemos camarones y langostinos, se desechan un montón de cáscaras que contaminan y dañan el ecosistema. Nosotros, a partir de ese residuo, generamos el material base para desarrollar un agroinsumo que reemplaza los agroquímicos”, explicó la Dra. Ing. Vera Álvarez, Cofundadora de UNIBAIO, presidenta de FAN y directora de INTEMA y CONICET Mar del Plata.
“Es un círculo virtuoso, tiene mucho que ver con nuestro mar y lo más interesante es que logra unir al sector público y privado para impulsar empresas de impacto que generen valor agregado y trabajo, y que demuestren lo que la ciencia y la tecnología pueden hacer por nuestra sociedad”, concluyó Álvarez.
En noviembre, UNIBAIO ganó el primer premio en la competencia Grow-NY en Nueva York, un reconocimiento a los proyectos más prometedores en el ámbito agroalimentario, que consistió en un millón de dólares en fondos.
Procens, economía circular para el agro
Finalmente, Julien Laurençon, cofundador y CEO de Procens, presentó el caso de su empresa instalada en Balcarce: “Nos dedicamos a escalar dos procesos naturales fundamentales: la biodegradación y la bioconversión, criando moscas y larvas. Puede sonar medio raro, pero es una bioinnovación, y lo que hacemos es replicar lo que hace la misma tierra hace muchos años”, explicó.
“Recuperamos desperdicios de la industria alimenticia, como cáscaras de papa, bagazo de cerveza o frutas y verduras no consumibles, y hacemos una mezcla para alimentar larvas. Así criamos moscas que bioconvierten y nos dan una materia súper fértil, llena de vida, con altos niveles de quitina disponible”, detalló Laurençon.
“Después, esto se reinserta a la industria en la actividad agropecuaria como biofertilizante. Nuestro producto mejora la salud del suelo, su actividad biológica y, además, mejora el rendimiento de papa por hectárea”, añadió.
Laurençon, empresario belga que comenzó este negocio hace cuatro años junto a su socio, el francés François Nolet, comentó que “muchas multinacionales necesitan ayuda para hacer esta transición hacia modelos más sustentables y nosotros trabajamos en buscar soluciones”.
Luego, compartió otra innovación de la empresa: el desarrollo de una harina proteica (hecha a partir de larvas) para producir alimentos para mascotas con un proceso más sustentable que las tradicionales de cordero o pescado.–